jueves, 24 de noviembre de 2016

Quién se ha llevado mi queso

Aprendiendo a Emprender según Fisgón, Escurridizo, Hem y Haw
5 Lecciones importantes al momento de emprender en la vida,
basadas en el texto de Johnson ¿Quién se ha llevado mi queso?
 

Muchas veces, al momento de comenzar a emprender un nuevo proyecto o incluso realizar cambios radicales en la vida de una persona, es importante detenerse un momento y analizar poco a poco qué situación está ocurriendo y cuál es la mejor salida para cada acontecimiento. En este artículo hablaremos de cinco lecciones importantes que el texto de Johnson ha dejado en la vida de muchas personas.

Comenzaremos primero con una breve reseña de la historia corta que, con un pintoresco aire infantil, cuenta el éxito y el fracaso que dos ratones y dos pequeños lliliputinenses tuvieron al emprender la búsqueda de El Queso. Es importante señalar que el Queso para mí es una cosa, pero para el lector puede ser otra. Debe estar enfocado siempre a algo que queremos alcanzar en la vida. Poco a poco narra cómo los ratones tuvieron más éxito que los liliputinenses, pues con el pequeño y poco desarrollado cerebro que poseen, se adaptaron más al cambio y pudieron analizar la situación desde diferentes perspectivas, contrario a sus compañeros, quienes se resignaron ante la noticia que ya no había Queso.

Tras analizar cada parte del libro, se pueden extraer cinco pensamientos importantes, que el lector rápidamente podrá identificar incluso en su vida. Comencemos con el primero:

1.    El éxito no llega de la noche a la mañana

Cuando vamos a cambiar algo en nuestra vida o emprender un nuevo proyecto, tenemos que dedicarle tiempo, esfuerzo y especialmente ser visionarios, pues no existe el éxito sin estos factores. Poco a poco se van a ir observando mejoras hasta que lleguemos a la cúspide y podamos decir: “Así sabe el éxito”.

2.    Observar cambios constantemente

Cuando ya estamos en el proceso, tenemos que estar siempre pendientes de qué cambios se están dando, pues hasta el más mínimo nos puede beneficiar o perjudicar significativamente.

3.  Ignorar las situaciones puede llegar a ser un gran problema

Cuando sabemos que una situación puede llegar a ocurrir, pero nos hacemos de la vista gorda, esto puede llegar a afectar todo lo que hasta el momento han logrado. Esto ocurre porque si llegamos a ignorar na situación frente a nuestras narices, quiere decir que no estamos en nuestras completas facultades para poder afrontar situaciones cotidianas que puedan suceder en todo momento.

4.   Si las cosas cambian, tú también tienes que cambiar
Si comenzamos a observar que nuestro entorno está cambiando para bien o no, si nos quedamos en nuestra misma postura y zona de confort, probablemente en poco tiempo todo se derrumba, pues es importante que nos logremos adaptar ante cualquier situación de cambio, para así tener siempre las mejores herramientas y las más innovadoras soluciones que surgieron de acuerdo al cambio que dimos.

5.    Actividad y productividad no serán jamás sinónimos

Es muy diferente ser una persona activa, que trabaja constantemente sin descanso, a ser una persona productiva, que el tiempo que invierte lo hace de manera adecuada y logra aprovechar al máximo esta situación. Para poder emprender adecuadamente un proyecto, es de vital importancia ser personas productivas-activas, y no activas-productivas.

Así que, después de aprender un poco de qué cosas son buenas para emprender y cuáles son las que más atención les tengo que prestar, los invito a que lean la historia de “¿Quién se ha llevado mi queso?” la cual nos da varias lecciones que poco a poco podemos ir apreciando conforme la lectura avanza, pues en cada párrafo hay aspectos narrativos que se pueden llegar a asemejar bastante a la vida cotidiana de una persona “normal”, por lo que, poco a poco vamos aclarando el panorama. Entre las lecciones aprendidas, y una de las más fuertes es que no puedo quedarme siempre en el mismo lugar esperando a que las cosas sucedan solo porque sí. Soy yo quien debe movilizarse y buscar las soluciones para poder llevar a cabo las mejores situaciones que estén en mis manos. Posterior a ello, debemos estar siempre conscientes que somos nosotros los únicos responsables de nuestros actos, y consiguiente a ellos, responsables de nuestras consecuencias. 


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